Se me viene a la mente la lluvia de un verano de Mar del Plata que huele no solo a mar sino también a mi niñez. Andando bajo el agua me veo descalzo desafiando resfríos y asfaltos. Lluvia, lluvia y mas lluvia antesala de una noche estrellada, limpia y despreocupada. El mar y el cielo confundidos, gris de furiosa nostalgia, y los plátanos abrigando mi camino. Recuerdos de mi niñez.
Pérez Benito.
miércoles, 9 de junio de 2010
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