Las veces que te ofrecí mi corazón y te miré a los ojos y te miré. Me
dí cuenta que nada iba a cambiar. Ya me regalaste el desamor,
el castigo, la posibilidad. Ví ese sueño muy de cerca que un día
adormeció. Intentó despabilar y cuando vio cierta luz que lo lleva a
renacer, la tibieza y la equivocación ponen su sello. La vida entera
son momentos del pensamiento que un rato mas tarde y muchas otras tantas veces
tarde pasan por el corazón. Ahora la vida son mis dedos moviendo heridas y hace un
rato nomás era antes del atardecer en París. Cambian los momentos, las
salidas, los encuentros pero no cambia y no va a cambiar la actitud
del desamor cuando ya todo esta escrito. Por eso me perdés cada vez que intento,
una vez más, hacer como que nada ocurrió.
Saicirac.
Septiembre.
Una mujer son todas, la esencia, la fracción humana.
Para Leo Salvini-
dí cuenta que nada iba a cambiar. Ya me regalaste el desamor,
el castigo, la posibilidad. Ví ese sueño muy de cerca que un día
adormeció. Intentó despabilar y cuando vio cierta luz que lo lleva a
renacer, la tibieza y la equivocación ponen su sello. La vida entera
son momentos del pensamiento que un rato mas tarde y muchas otras tantas veces
tarde pasan por el corazón. Ahora la vida son mis dedos moviendo heridas y hace un
rato nomás era antes del atardecer en París. Cambian los momentos, las
salidas, los encuentros pero no cambia y no va a cambiar la actitud
del desamor cuando ya todo esta escrito. Por eso me perdés cada vez que intento,
una vez más, hacer como que nada ocurrió.
Déjà vu de mí y de vos.
Saicirac.
Septiembre.
Una mujer son todas, la esencia, la fracción humana.
Para Leo Salvini-
Cada mujer es distinta, al igual que cada hombre. Lo sé porque el paso del tiempo no me ha dado la oportunidad de encontrar a nadie como tú.
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