lunes, 5 de abril de 2010

el estático

"El estático" Filosi (h) había jugado al fútbol desde las inferiores en el Club Luz y Fuerza desde los 10 años, aunque nunca tuvo ninguna de esas dos fórmulas físicas : ni luces, ni fuerza , su padre lo acompañaba a cada entrenamiento, doy fé de que eso siempre lo hizo muy feliz. 
Hablando de Filosi y de su desapercibida carrera en el mundo del fútbol podemos decir que tuvo una corta y poco destacada vida como numero 8, lo fue solo durante un partido. Cando le quitan a Filosi el numero 8, era esa clase de jugador que juega solo si tiene ganas, o que juega solo, porque nadie quiere jugar con él. Parece que está pero no se sabe donde esta, por momentos corre mas que la pelota, en otros, los rivales creen que él era la pelota y en escasos momentos la pelota le llegaba de casualidad.  El técnico de ese equipo de apellido Vizcaya nunca supo donde ubicarlo y crea ese puesto llamado en la época por los semanarios deportivos deambulante fantasma o en los círculos cinéfilos como deambulante mutante o Zombi, una historia de jugadores injustamente incomprendidos y señalados que pateaban para los dos arcos. Este modelo de jugador que no podemos definirlo ni como carrilero, ni con wing, ni como volante de contención, si puede tener cierta semejanza con el de vendedor ambulante, con la diferencia que grita no para ofrecer la pelota sino para pedirla y es nada mas ni nada menos que el denominado CUARTO VOLANTE que bien podría haberse inventado en una novela de ciencia ficción o en un casting de pilotos de pruebas de fórmula uno o si le cambiamos una letra a la frase también podríamos describirla como la persona que entra en cuarto lugar al cuarto oscuro, en cualquier caso, cualquiera de esas posibilidades le hubieran rendido más a Filosi que la de cuarto volante en términos futbolísticos. 
Así Filosi  paso a formar parte de esta especie de secta podemos decir que es el jugador cuarto volante. No debe existir cosa mas dañina para un jugador de fútbol que este puesto en un esquema de juego, ya que el jugador de un día para el otro además de sentirse un bicho raro dentro del equipo comienza a sentir esa deficiencia psicológica de jugador que esta en una cancha de fútbol perdido , muchas veces se ha sentido así a tal punto que ha empezado a aplaudir condicionando a los demás a tener que hacer lo mismo. Muchas otras veces le han mentido entregándoles una camiseta número colorado el siete, o negro el once prohibiéndoles inclusive meter diagonales o llegar al fondo y tirar el centro a la hoya o el centro atrás como haría un verdadero wing. El jugador cuarto volante comienza a sentirse perdido en la cancha desde el minuto 1 al 90 y empieza a perder la noción del juego. Tal es así que muchas veces hemos visto a cuartos volantes dentro de una cancha con banderas , papelitos y bengalas alentando a sus compañeros e insultando descaradamente al referí y pidiendo penales en situaciones insólitas, inclusive en el momento en que el referí tira la moneda al aire para ver quien elige arco. Filosi (h) pasa inadvertido prácticamente durante casi toda su carrera deportiva hasta que un medio periodístico deportivo local lo bautiza con el sobrenombre de "el estático", palabra que desde ese día sale disparada desde las tribunas acompañada de algún adjetivo como por ejemplo "estático, pata de alambre , mové el orto la concha de tu recalcada madre bigotuda o cortalo fino que es pal gato. Según estadísticas estuvo sin recibir la pelota 8.793 minutos de partido, si tenemos en cuenta que jugo 8.800 minutos dentro de una cancha , fue prácticamente casi toda su vida deportiva. 
El fenómeno cuarto volante fue desapareciendo salvo en algunos equipos del fútbol argentino y es ahí donde aún sobrevive ese modelo de jugador tan bien representado por Filosi. Otras tácticas fueron apareciendo como  la táctica del murciélago que es : nos colgamos los 11 del travesaño o mas tarde la táctica Krupoviesa , que se basa en no ir a la pelota sino al jugador, tan bien representada cada vez que nos toca jugar contra algún equipo o jugador brasileño.
Filosi sin quererlo creo el estilo jugar sin la pelota.
Luego de pasar por momentos muy difíciles como la adicción a la pomada para las ubres de las vacas que usaba para masajearse antes de cada partido, llega la culminación de su carrera deportiva y vea usted que no es a causa de la desaparición del cuarto volante de las canchas ya que jugador que ha pasado por ese puesto nunca mas vuelve a adaptarse a ningún otro esquema , sino de una terrible lesión que sufre al bajar de un colectivo en marcha cuando volvía de un entrenamiento. Así el sueño del jugador de fútbol  de llegar a la selección, de ganar un título y tirar la camiseta a la hinchada,  ese sueño que tiene todo argentino de escuchar su nombre coreado por una barra de hinchas, no pudo ser. Sin embargo, Filosi lleva al jugador dentro, lleva la garra y la pasión a cada terreno de su vida. Escucha por ejemplo a un policía de tránsito en una esquina tocar un silbato y el va , le discute la orden, ve un hombre caminando por la calle con una camiseta de Brasil y se le tira a los pies, cuando se para en una fila del banco se tapa con una mano los genitales y con la otra la dentadura, ve un grupo de pibes jugando en un potrero y pide la pelota a los gritos, pero claro, nunca se la dan. 
Tiene una sola pesadilla , un mal trago, y es marcar un gol en una final en cancha de Kimberley, el que se le negó toda su vida, el que erró ya dejando al defensa y al arquero pagando después de un amague que hizo involuntariamente pegando la punta del botín en un cardo en el campo de juego, la pelota paso por encima del travesaño , ese día lo vimos llorar y gritar a la vez, como un alien, un ocho pasajero. Toda su carrera de cuarto volante hubiera tenido sentido si la pelota entraba. Fue la única vez que lo escuchamos hablar e insultar dentro de una cancha que no sea para pedir la pelota o pedir un penal. Fue el gol que nunca le perdonaron que errara, ni siquiera su madre. 
Filosi  sueña poder convertir algún día ese gol , y gritarlo hasta que le duela la garganta como grito de niño ese gol con el que el Cani deja afuera a Brasil del mundial, con un pase de Dios. 
Filosi, el estático, pese a todo, hoy respira el fútbol a cada paso, guiños de ese cuarto volante que supo ser.

Garúfalo.

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