domingo, 25 de abril de 2010

primeras correspondencias amenazantes entre saicirac y garúfalo

Querido saicirac:

Se del aprecio que me tenes los dias feriados y del desprecio que desprendes el resto del año sobre mi persona. Te pido por favor que no escribas mas sobre mí porque si hay alguien que me conoce poco o nada sos vos. Además a veces escribis como si el mundo giraraalrededor tuyo. Perdona que sea asi tan duro con mis palabras pero todavía me acuerdo aquel planchazo que me pegaste cuando iba directo al gol en cancha de Kimberley y me desfiguraste la mandibula. Despues me invitaste a comer huevos duros rellenos porque la culpa te mataba pero como alguna vez intente explicarte no se tapan algunas acciones con otras, ademas si al menos me hubieras invitado a comer algo mas decente vaya y pase. Pero lo que hiciste despues me dolio aun mas, te deje un mensaje en un papelito que decía: “me encantaron tus huevos rellenos” y vos con tanta malicia lo pegaste en el vestuario en la parte de las duchas al otro día.
Todavia no logro creer que cambiaste y sos un tipo sensible que se preocupa por lo que pasa alrededor tuyo. Así que te pido por favor que si estas aburrido y queres escribir algo vayas escribiendo cosas que no me involucren, hijo de la gran puta! Con el perdón de tu vieja que hacia una rosquitas riquisimas. No quiero entrar en detalles de novias y fules porque me acuerdo y me dan ganas de acuchillarte los ojos.
Por lo unico que te perdono es porque creo que en algo nos parecemos. Ahora te dejo porque me estoy comiendo unas empanadas.

Garúfalo. 25 de mayo

Querido Garúfalo:

No se porque te enervas asi solo porque intente hacer un crucigrama de tu momento lejos de aquel barrio en donde de purretes compartimos tantas alegrias y tristezas.Lo de la plancha en la mandíbula fue un error clarísimo de cálculo, vos bien sabes que nunca pegue de la cintura para arriba y mucho menos a quien en ese momento consideraba algo mas que un hermano, un cuñado. Los dedos se me amalgaman en el teclado y se endurecen pensando en aquellos momentos en los cuales desafiabamos a pelear a inválidos o visitadores medicos desde el telefono del consultorio de tu viejo. No se porque me hablas de esa forma cuando yo siempre tengo el recuerdo latente de tu familia y sobre todo de tu hermana.
Fuimos carne y hueso, mañana y brío, pancho y mostaza, las dos últimas copas de los bares. Espero recapacites y no me insultes sin reparo . Yo se muchas cosas de vos que nunca ventilaría, pero portate bien y no seas insolente. Otra cosa, si te seguis encontrando con el torcaza y habla de mí a espaldas mías voy a mandarles un sicario.

Tu ex amigo, Saicirac. 26 de mayo

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